El llamado bullying o acoso escolar, es una palabra inglesa que significa intimidación. Actualmente, se ha convertido en uno de los motivos de consulta más demandados en las áreas de la psicología y psiquiatría infanto-juvenil. A padres, profesores y profesionales especialistas de la psicología nos preocupa el aumento de casos de niños y adolescentes que son víctimas de un acoso y agresión verbal y física por parte de compañeros.
Este tipo de conductas de violencia están generando una alarma social. Además de un infinito dolor y sufrimiento para el menor o la menor que lo vive y de la impotencia, angustia y preocupación que genera en los padres y familiares cercanos.
Lo que llamamos acoso escolar consiste en una serie de constantes amenazas, insultos, humillaciones, agresiones o vejaciones dirigidas desde un grupo de chic@s a otro chic@ en concreto. Normalmente este tipo de violencia se ejerce desde un grupo a una sola persona, es muy difícil que estas conductas se den de una persona a otra. Es el grupo el que ejerce la presión sobre la víctima. La edad en la que se suelen dar este tipo de abusos es en el comienzo de la adolescencia, entre los 12-17 años aproximadamente.
A medida que un/a niño/a va creciendo hacia la adolescencia, la importancia de ser aceptado por sus iguales así como gustar y formar parte de ese grupo se convierte en una necesidad emocional y social. La identidad se construye desde la infancia con el primer grupo socializador que es la familia para pasar después al grupo social de amigos el cual constituye potente agente socializador que va a cubrir en el chic@ una gama amplia de necesidades afectivas de pertenencia, identificación y fundamentales para su desarrollo emocional, físico, social, etc…
Es por todo esto, por lo que la situación de verse ridiculizado y señalado por todos como objeto de burla y desprecio es vivido por el adolescente como la peor de sus pesadillas. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías en redes sociales esta pesadilla cobra dimensiones más graves puesto que es un medio para que “los insultos y agresiones” se hagan públicos y alcance de todos los chic@s.
El reto es identificarlo, detectar las señales y síntomas en el adolescente y tal tarea corresponde a padres y profesores para, después, saber abordarlo de la mejor forma posible.
¿Qué pueden hacer los padres?
- Es obligación de los padres tener acceso a todas las cuentas que maneje el menor. Es primordial que sepan las claves de todas las cuentas de redes sociales y demás actividades que el adolescente realice desde su ordenador/tablet/móvil, etc…
- Fundamental también será conocer el grupo de amig@s con el que se relaciona.
Señales que nos pueden indicar un posible bullying
Todos estos síntomas pueden aparecer de forma súbita o bien, progresivamente:
- El adolescente muestra pocas ganas de ir al instituto. Presenta excusas para no asistir y puede llegar a fingir enfermedades.
- Síndrome del domingo por la tarde. Empieza a cambiar su estado de ánimo e incluso puede empezar a sentirse mal físicamente.
- Aislamiento en el recreo. No se relaciona con los demás. Los resultados académicos empeoran notablemente.
- Falta de apetito ó apetito exagerado. Vómitos.
- Cefalea y dolor abdominal.
- Dificultades para dormir.
- Cambios de humor. Irritabilidad, tristeza, enfados, pataletas, etc.
- Aislamiento en casa.
- Conductas infantiles que no corresponden con su edad; eneuresis.
- Muestra moratones y golpes no justificados.
- Pierde objetos, etc…
¿Cómo actuar?
Los padres deben buscar un espacio y momento donde hablar con él, hacerle ver qué el bullying es algo inaceptable y tratar de que el menor hable sobre lo que está ocurriendo.
Ante tales síntomas y señales los padres deben de alertar al centro educativo; dirección y profesores.
La ayuda externa de un psicólogo infanto-juvenil puede ser de gran ayuda para que el adolescente pueda elaborar y superar todo lo sufrido.
Asimismo el Ministerio de Educación ha puesto a disposición de los padres, profesionales de la educación y menores un teléfono de denuncia al acoso escolar donde serán atendidos por personal cualificado que podrá atender y orientar cualquier tipo de situación relacionada con el bullying.